martes, 8 de mayo de 2012

Su cama...

He vuelto para hablarles de una cama. Y ustedes dirán, ¿para qué habla esta mujer de una cama? Pues muy sencillo, párense a pensar que cosas se pueden hacer en una cama.

Aaaaaaaalto ahí!! No me estén pensando mal, vale que sí, se pueden hacer muchas cosas sucias, como las que yo he hecho en su cama...

Caricias, besos, mordisqueos, miradas, palabras, gemidos, sudores, calor, frío, cosquillas... Un millón de cosas si pensamos mal.

Sin embargo, si nos paramos a pensar en los sentimientos que puede guardar secretos una cama hablamos de amor, tristeza, llanto, alegría, risas, carcajadas, pasión, dolor, placer...

Sencillamente, su cama... Ese rincón donde podemos pasarnos horas mirándonos, durmiendo, disfrutando, incluso cabreados. Dónde la verdad es pura como ella misma, dónde no puedes esconder una lágrima, pero tampoco esconderás un grito de placer. Dónde los problemas que nos rodean, exámenes, bodas, bautizos y demás familiares no nos afectarán.

Es un lugar en el que me siento segura. Incluso sin él, el olor me hace sentir que está allí protegiéndome, mimándome, cuidándome...

Es suyo pero nuestro a la vez, ese sitio dónde sólo estamos tú y yo.






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